martes, 20 de abril de 2010

Cambios en 10ositos

Por problemas con el anterior formato de 10ositos nos hemos visto obligados a cambiarlo.
¿os gusta este nuevo aspecto de 10ositos?

lunes, 12 de abril de 2010

Marcos el Furioso y el erizo Malaleche.



Había una vez un niño llamado Marcos. Marcos el Furioso lo llamaban. Lo llamaban así, porque siempre estaba enfadado. 


Siempre estaba enfadado, durante todo el día y todos los días del año, estaba de mal genio.
Jugaba con sus juguetes se hacía daño, los rompía y por supuesto acababa enfadándose.
Jugaba con sus amigos, les hacía daño y por supuesto acababa enfadándose.
Jugaba con sus mascotas, les hacía daño, se iban asustadas y por supuesto acababa enfadándose.
Hasta con sus padres. Cuando estaba con ellos hablando, comiendo, en su cumpleaños, viajando  por supuesto acababa enfadándose.
Tan mosqueado estaba siempre y tan mal le salía todo que nadie quería estar a su lado y siempre acababa sólo.
Un día fue de excursión con sus compañeros del colegio.
Marcos en el autobús se sentó sólo y enojado. Los demás niños se reían de él.
Marcos se puso muy muy muy furioso y cuando bajaron del autobús se marchó corriendo y se adentró en el bosque. Corrió durante mucho mucho rato. Al final se paró, sin aliento y muy cansado, se quedó dormido junto a un árbol.
Después de un rato una voz le despertó.
-¡Oyeeeé tú, sal de ahí te has tumbado encima de mi casa!- dijo un erizo con muy malos modos.
Marcos miró rápidamente y vió como un erizo le estaba hablando.
-¡Qué no me he dado cuentaaa!- respondió gritando Marcos.
-¿Qué haces aquí?- Pregunto el erizo malhumorado.
-¡Me he perdido! Estoy de excursión con el colegio ,me he enfadado tanto porque se reían de mí y que me he puesto a correr bosque adentro- explicó Marcos.
- Anda yo también siempre estoy enojado, sólo, siempre me sale todo mal y acabo haciendo daño a los demás animales- dijo el erizo.
Los dos se quedaron mirando y se dieron cuenta de realmente como eran.
- Me llamo Marcos. Pero me llaman Marcos el Furioso- se presento el niño.
- A mi me llaman Erizo Malaleche- dijo el erizo.
-Parece que no nos va muy bien en la vida- reflexionó Marcos.
-No, no somos muy felices- añadió el erizo.
- Esto no puede seguir así, tratando mal a todo el mundo y todo el día enfadados. Tenemos que buscar una solución- propuso el niño.
-De acuerdo- dijo el erizo.
Pensaron y pensaron.
- Lo que tenemos que hacer es tratar a todo el mundo con amabilidad- dijo el erizo
- Si, hay que ser buen compañero, llevarse bien con todos,  intentar no enfadarnos y saber pedir perdón- añadió Marcos.
En ese momento tanto el niño como el animal se dieron cuenta de que si hicieran esto les iría mucho mejor y serían mucho más felices. La idea les pareció estupenda y saltaron y bailaron de alegría. Decidieron volver cada uno con los suyos y llevar unos regalos como muestra de que habían cambiado.
El erizo se arrancó unas púas hizo unas pulseras y se las dio a Marcos para que se las ofreciese a sus amigos. Marcos con unas ramitas y unas hojas hizo unas peonzas como había aprendido hace 2 años en un campamento de verano.
Se despidieron dándose las gracias mutuamente y con un fuerte abrazo.
El erizo visitó animal por animal pidiendo perdón, diciendo que había cambiado y ofreciendo las peonzas. Los animales se pusieron muy contentos.
Marcos cuando volvió, el autobús le estaban esperando con sus compañeros. Pasó asiento por asiento pidiéndoles  perdón, diciendo que había cambiado y dándoles la pulsera de púas. Los compañeros asombrados, recibieron la noticia y las pulseras muy entusiasmados.
A partir de ese día nuestros dos amigos MARCOS y ERIZO fueron mucho más felices, tuvieron muchos amigos y ya nunca se enfadaron (bueno nunca no, muy pocas veces) FIN.